2 de mayo de 2022

La autonomia

 

Fomentar la Autonomía

La autonomía es una habilidad fundamental para toda la vida. Fomentar la autonomía de los estudiantes en el aprendizaje hace que se desarrollen como seres humanos críticos e independientes y se preparen para afrontar problemas o situaciones desconocidas. La autonomía prepara para enfrentarse a una sociedad en la que el cambio y el dinamismo es una constante y suceden de manera vertiginosa.

El mentor debe disponer de ciertas habilidades y herramientas que le permita facilitar al estudiante iniciativas autónomas en el aprendizaje, para que este sea capaz de aprender de manera eficaz e independiente.

1.    Ayudar a que los estudiantes tengan mayores protagonismos en la toma de decisiones. Aprovechar con los proyectos y microproyectos para que los estudiantes sean los que tomen las decisiones en el desarrollo de ellos.

2.    Fomentar la curiosidad, especialmente con lúdica y juego que suele ser muy motivador para el estudiante.

3.    Crear una guía bien planificada y personalizada de aquellos conceptos que tiene que ir asimilando el estudiante a lo largo del curso. Es una gran recurso cognitivo e ideal, pues puede ir aprendiendo según su nivel de comprensión, a su ritmo, y eso genera una gran motivación.

4.    Crear sentido de la responsabilidad, más no de obligación en los estudiantes.  No es fácil al principio, pero si se consigue es un camino ideal para estimular la autonomía.

5.    Trabajar la autodisciplina. Se puede lograr con pequeños hábitos, por ejemplo: dedicar la atención ininterrumpida a una sola cosa y acabarla, pues eso motiva; ser crítico con nuestros razonamientos. Valorar positivamente los pequeños logros conseguidos, el decir “bien hecho” ayuda a esa autodisciplina; tomarte los objetivos con calma y viendo paso a paso lo que hay que hacer; etcétera.

6.    Crear hojas de rutas adaptadas e inculcar capacidades, no solo intelectuales, sino también físicas y emocionales.

7.    Implementar una constante tutorización para que el estudiante sea capaz de asimilar los errores, superándolos de forma positiva y afianzando su autoestima.

8.    Establecer una fuerte motivación hacia la cooperación con los demás como medio para desarrollar el propio aprendizaje.

9.    Propiciar “momentos” para que el alumnado pueda acceder a tareas escolares de forma espontánea, que elijan la materia que más les gusta, que accedan de forma individual o grupal.

 

La autonomía en el aprendizaje no significa hacer al individuo protagonista único de su propio aprendizaje. Se trata de ser independiente para aprender, pero tiene que existir una colaboración continua en el desarrollo del saber. Todas estas acciones se centran en ese objetivo, pues provocan sobre el alumnado un aumento de la confianza en sí mismo, y por ende, logran una motivación que supera sus tareas y cualquier obstáculo que se les pueda presentar, por tanto, potencia su autonomía.

Sobre todo, permite tomar conciencia de sus propios recursos. El estudiante se siente más libre para intercambiar ideas, para gestionar el tiempo de su aprendizaje, comprender mejor la teoría y desarrollar actividades propias.

La autonomía en Casa

Es importante considerar que para fomentar la autonomía se debe contar con la familia como por ejemplo en los temas siguiente:

Higiene: Todo lo referido a la higiene y autocuidado personal: por ejemplo: control de esfínteres, lavarse las manos solo, cepillado de dientes, el baño, lavarse la cabeza, peinarse, usar los productos de higiene…

Vestimienta: Todo lo que se refiere al uso de las prendas y su cuidado: ponerse distintas prendas (pantalones, calcetines, abrigos, zapatos, cremalleras, botones…), guardarlas en el lugar adecuado, elegir la propia indumentaria.

Alimentación: Relacionado con la conducta alimentaria: Comer solo, uso de los distintos instrumentos, respetar unas normas básicas de educación en la mesa, prepararse una merienda…

Convivencia en casa y por fuera: Son hábitos referentes a la relación con los demás, el uso de algunos servicios comunitarios y la conducta en el hogar: van desde saludar a la gente conocida, escuchar, pedir por favor y dar las gracias; respetar turnos en juegos, pedir prestado, conocer los lugares para cruzar la calle, evitar peligros (enchufes, productos tóxicos), ordenar sus pertenencias, usar el teléfono, comprar, usar el transporte público o disfrutar de servicios de ocio (ir al cine).

En la casa las estrategias que se pueden compartir son, por ejemplo:

      Ofrecerles alternativas en sus elecciones lo que incentiva la toma de decisiones y la aceptación de las consecuencias de sus actos.

      Presentarles nuevos retos que supongan un incremento en la dificultad y valorar el esfuerzo que realizan al enfrentarse a ellos: dejarles hacer cosas solos. La etapa del “yo solo” por la que pasan los niños puede ser muy estresante para la familia, pero es fundamental para el correcto desarrollo de los niños y debemos ayudarles, pero no impedirles que desarrollen actividades por sí mismos.

      Respetar su privacidad, debe tener sus espacios íntimos y privados.

      Estimular su razonamiento, no ser los primeros en ofrecer respuestas a sus preguntas fomentará su capacidad de llegar por sí mismos a soluciones.

      No desanimarles, evitar caer en la tentación de protegerles de posibles fracasos.

      Evitar que dependan exclusivamente de la familia para resolver los problemas. Recordarles que hay numerosas fuentes de consulta que pueden utilizar para hallar respuestas y fomentar su pensamiento crítico.

      Ponerle en valor la autonomía y que vaya apuntando en que la va consiguiendo. Reforzando sus logros cuando logra hacer algo solo

      Darle responsabilidades de la casa (ver imagen). Confiar, ello lo pueden hacer.

 


En los centros de experiencias

Todas las experiencias se deben considerar según las edades y adaptarse en consecuencia.

Para la pedagogía puede uno establecer 3 tipos de autonomía (Stefanou, Perencevich, DiCintio & Turner, 2004) a los cuales se debe reflexionar para fomentar la autonomia:

-       La autonomía organizacional: Elegir el grupo, elegir el proceso de evaluación, construir acuerdos y reglas, elegir como ubicarse en el salón…

-       La autonomía procedural: Escoger el tipo de material, escoger la manera de mostrar sus competencias, establecer un plan propio, argumentar su manera, resolver individualmente los materiales…

-       La autonomía cognitiva: encontrar las posibilidades de resolución, escoger entre varias estrategias, justificar su solución, implicar la resolución independiente, recibir retroalimentación, Formular objetivos personales, formular su propio propósito y potencial, debatir ideas, preguntar, utiliza los errores para aprender…

 

Experiencias de aprendizaje como ejemplos

La autoinstrucción

Objetivo: Orientar un monitoreo individual que permite tomar decisiones propias.

Se puede utilizar un panel como el de la imagen para que los estudiantes piensan por si mismos:

-       ¿Qué es los que tengo que hacer?

-       ¿Cómo le debo hacer?

-       ¿es la única manera de hacerlo?

-       ¿Por qué ha funcionado o no ha funcionado?

-      



Se puede reutilizar regularmente para que los estudiantes puedan darse cuenta que pueden resolver muchas cosas solos.

Secuencia de acción:

Objetivo: identificar actuaciones autónomas: los estudiantes logran poner en orden una rutina y entienden lo que involucra al nivel personal y grupal

Ejemplo de fichas



Enseguida se les pide dramatizar esta rutina en pequeños grupos (gestión de los roles: miembros de la familia, del mentor, transportador…)

Juegos de mesa:

Objetivo: inventar un juego de mesa en grupo de niños o adolescentes sin que el mentor se involucre.

construir un Juego de mesa a partir de los juegos que conocen.

en pequeños grupos y establecer las reglas de juego: ¿Cómo se juega?, ¿Quién y cómo gana?...

Diseñar y construir el juego (establecer material, fichas…)

Hacer pruebas del juego (jugar y ver si las reglas son suficientes, si es divertido…)

Socializarlo para que los compañeros puedan jugar.

Semáforo de la ayuda

Objetivo: Desarrolla las habilidades de los estudiantes para decidir si necesitan ayuda del maestro y cuándo.

Cada grupo (o individuo) recibe una pila de tres objetos de colores (idealmente, verde, amarillo y rojo para imitar los semáforos). El mentor le indica al estudiante que muestre el color que coincida con cómo van:

Verde: estoy/estamos bien, no se necesita la ayuda del mentor.

Amarilla: necesito/necesitamos la ayuda del maestro, pero puedo continuar trabajando mientras la espero.

Copa roja: necesito ayuda del maestro de inmediato y he dejado de trabajar.

El docente monitorea los colores mientras circulan, y trabaja con los grupos según la urgencia. Al principio, los mentores pueden encontrar que los estudiantes consideran cada piedra de tropiezo como una situación de copa roja. Esta es otra oportunidad para fomentar la independencia: Señale cuándo el color debe ser amarillo y dirija al estudiante o grupo a lo que pueden trabajar mientras lo esperan. Dejar unos minutos y volver a ayudar si el color está amarillo o rojo.

 

Para concluir, El aprendizaje basado en proyecto es clave para trabajar la autonomía. Para ello es importante confiar en los estudiantes. Son capaz dfe tomar decisiones autónomas, el mentor debe acompañar estas decisiones.

Referencias

Aguilera-Alonso (2016). Propuesta didáctica para trabajar la autonomía personal en el aula desde el modelo cognitivo. Re-Unir. https://reunir.unir.net/handle/123456789/3612

Calvo Villalba A.I. (2017). 10 iniciativas para que los estudiantes sean más autónomos. Https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/educacion-emocional/10-iniciativas-los-estudiantes-sean-mas-autonomos/

Emakunde (n. d.). Autonomía Actuar en Igualdad https://www.emakunde.euskadi.eus/contenidos/informacion/proyecto_nahiko_unidades/eu_def/media/juegos/primer_ciclo/ud_3/1-2.3UD.prof_cas.pdf

Kusurkar, R. A., Croiset, G., & Ten Cate, O. T. J. (2011). Twelve tips to stimulate intrinsic motivation in students through autonomy-supportive classroom teaching derived from self-determination theory. Medical teacher33(12), 978-982.

García Hernández, Ignacio, & de la Cruz Blanco, Graciela de las Mercedes. (2014). Las guías didácticas: recursos necesarios para el aprendizaje autónomo. EDUMECENTRO, 6(3), 162-175. http://scielo.sld.cu/scielo.php?Script=sci_arttext&pid=S2077-28742014000300012&lng=es&tlng=es.

Núñez, J. L., & León, J. (2015). Autonomy support in the classroom. European Psychologist.

Stefanou, C. R., Perencevich, K. C., DiCintio, M., & Turner, J. C. (2004). Supporting autonomy in the classroom: Ways teachers encourage student decision making and ownership. Educational psychologist, 39(2), 97-110.

Vallet Regí, M. (2011) “Cómo educar a mi hijo durante su niñez (de 6 a 12 años)”. Editorial Wolters Kluwer Educación










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