La pregunta que todo el mundo se hace, ¿uno nace con habilidades para la matemática y otros no?
Claramente todos los seres humanos y hasta muchas
especies nacen con habilidades en matemáticas, por lo menos con un sentido
numérico. Hauser & Carey, (2003) han evidenciado que simios sin
entrenamiento siempre escogen el bulto donde hay más comida. Considerando el
ser humano, (McCrink & Wynn, 2004, 2007) han mostrado que bebes de 9 y 6 meses miran
durante mucho más tiempo cuando se les presentan un evento matemático imposible:
ponen 5 elementos detrás de una cortina, agregan 5 elementos y cuando quitan
solo hay 5 elementos, los bebes reaccionan diferentemente si ven el evento
lógico con 10 elementos que el evento imposible con 5 elementos (siempre lo
miran durante más tiempo).
Así que todos nacemos con un sentido numérico, ahora el
desarrollo de las habilidades matemáticas para el futuro de los niños depende
mucho del contexto social: familiar, educativo, sociedad. Evidentemente puede
haber factores biológicos que pueden influir pero muchas veces el ambiente y el
contexto puede hacer que jóvenes y adultos sienten que no son capaces o que la
matemática no es para ellos
¿Que sabemos en la neurociencia que puede aportar a la enseñanza de la matemática?
Siendo la neurociencia educacional una disciplina
emergente, hay todavía mucho que investigar, y el tema de la matemática no es
la excepción, sin embargo, existe un cuerpo de investigación consecuente que
puede dar algunas pautas para mejorar la educación. Ya evocamos el sentido
numérico innato, estas intuiciones que tienen los niños con numerosidad debe
ser tomada como fundamento de la enseñanza. Mirando dentro del cerebro sabemos
ahora con relativa precisión con la ayuda de tecnología de imagen cerebral que
el Surco IntraParietal (IPS) (figura 1) siempre se activa cuando aparece un
número, y la activación del IPS es proporcional a la dificultad de la actividad
matemática que se está pidiendo (Dehaene, Piazza, Pinel, & Cohen, 2003). Además, observando los patrones de
activación de esta parte del cerebro podemos decodificar al 70% de precisión el
numero al cual una persona dentro del IRM está pensando (Eger et al., 2009).
Figura 1: en rojo el Intraparietal Surco (IPS)
Estos conocimientos hacen que tenemos más bases sobre lo
que sucede cuando hacemos tareas matemáticas, conocer lo mejor ayuda en mirar
diferentemente esta actividad. Obviamente es solo un anticipo de todo lo que se
conoce y que puede llegar a tener un impacto en la educación ahora muchos
grupos de investigadores están siguiendo estudiando y experimentando para
responder a muchas problemática de la enseñanza de la matemática.
¿Que esperamos a futuro del dialogo entre neurociencia, educación y matemática?
¿Que esperamos a futuro del dialogo entre neurociencia, educación y matemática?
Esta pregunta evoca finalmente las posibilidades investigativas que pueden responder a problemáticas de los procesos de enseñanza aprendizaje. En esto, la neurociencia educacional siendo emergente todavía estamos lejos de comprender el cerebro al 100%. Un puntos de interés, que están en este momento en la mira de muchos investigadores del mundo buscan responder al problema de la ansiedad de la matemática (Nyroos, Jonsson, Korhonen, & Eklöf, 2015), investigando por qué se está generando hasta en los jóvenes y niños, y como se podría evitar o mejorar. De la misma manera se está tratando de explicar la aversión por la matemática, ¿Por qué a mucha gente no le gusta hablar de matemática? (Campbell, 2006) antes, vimos que la matemática es parte integrante y casi innata dentro de nuestro cerebro, así que se necesita entender porque el ser humano llega a pasar de lo inherente al obstáculo.
Bueno existe muchos otros problemas en la enseñanza de la
matemática a los cuales se debe, se está, o se va a investigar: por ejemplo, pensar
en la pertinencia de enseñar un tema a cierta edad u otra, pensar en los métodos
que tienen más impacto en la enseñanza de la matemática u inclusive otra
materia, también se puede pensar en mejorar la detección temprana de
dificultades en matemáticas como la discalculia para poder remediarlo
igualmente temprano. Finalmente, cualquier pregunta que se pueden o se podrán
hacer los profesores, los directivos, los padres, hasta los mismos estudiante
en relación a la educación, el aprendizaje y la enseñanza en cualquier momento
puede dar lugar a una investigación en neurociencia educacional. La matemática
es un tema particular de esa conversación mucho más grande que ofrece la
neuroeducación.
¿Por qué y para qué los profesores y actores de la educación deben de saber de esto?
¿Por qué y para qué los profesores y actores de la educación deben de saber de esto?
Muchas veces saber el “¿Por qué?” o el “¿para qué?” está relativamente ausente en el mundo de la educación, o sino ¿Quién puede explicar a qué sirven los complejos? Muchos pasaron de alto o nunca se les contaron que los complejos, a diferencia del nombre que tienen, facilitan los cálculos vectoriales porque permite hacer los cálculos linealmente; en programación, para hacer un algoritmo es mucho más fácil hacerlo linealmente que considerando un cálculo vectorial en 2D, solo se calcula. Así que para responder a la cuestión del “¿Por Qué?” diría en término general que la neurociencia estudia el órgano esencial al aprendizaje, y a la enseñanza. Entenderlo mejor, puede llevar al profesor entender el fundamento de estos procesos, y de esta manera apropiarse con base a lo que está haciendo día tras día y entender los efectos neuroanatómico y biológicos de un método o una práctica pedagógica.
Agregando a esta posibilidad argumentativa que ofrece la
neurociencia a la educación, ofrece también la posibilidad de entrar en un
mundo investigativo siguiendo los aspectos descubiertos por neurocientíficos y
las necesidades de la educación. En esta ciencia emergente, una crítica
observable por parte de los profesores es que las investigaciones y los
experimentos de los neurocientíficos están siempre en contexto de laboratorio
difícil de reproducir en el salón de clase. Pero, repito, es emergente, este
dialogo entre neurociencia y educación empieza a penas, por eso, si nosotros
profesores aprendemos de este mundo, podemos agregar a este dialogo y
fortalecerlo con el contexto real de la educación.
¿En la práctica pedagógica, que podríamos hacer para mejorar la enseñanza y el aprendizaje de la matemática?
¿En la práctica pedagógica, que podríamos hacer para mejorar la enseñanza y el aprendizaje de la matemática?
Desde la neurociencia educacional podemos decir no hay una receta empírica de lo que hay que hacer y funcionara siempre, sabemos que todos tenemos un cerebro diferente con necesidades e intereses diferentes. Sin embargo conocimiento en neurociencia ya puede dar algunas pautas para mejorar este aprendizaje. Solo voy a dar 2 ejemplos: el primero se ha demostrado que utilizar los dedos para contar incrementa la activación del (IPS)(Kaufmann et al., 2008) recuerdan la parte que siempre se activa con cualquier actividad matemática. Sabemos también que el entrenamiento a contar con dedos mejora la velocidad para contar (Gracia-Bafalluy & Noël, 2008) así que la primera pauta iría preguntando ¿Por qué seguimos obligando los niños a no utilizar los dedos para hacer cálculos?
Mi segundo ejemplo tiene que ver con el automatismo, al
principio cuando se empieza a hacer multiplicaciones complejas la memoria de
trabajo está involucrado (corteza prefrontal, figura 2), mientras más se
practican multiplicaciones, el proceso automática (parietal donde también está
el IPS, figura 2) se active más y la memoria de trabajo menos (Delazer et al., 2003) así que aprender de memoria las
tablas puede favorecer el automatismo y facilitar el cálculo, siempre y cuando
el niño le pone sentido. Para darle más sentido a las tablas de
multiplicaciones se puede usar estrategias para construir las: la tabla de 10
es 2 veces la de 5. Y hay muchos otros ejemplos conocidos y en construcción.
Figura
2: Lóbulos del cerebro y corteza prefrontal
Referencias Bibliográficas
- Campbell,
S. R. (2006). Defining mathematics
educational neuroscience. In Proceedings of the 28th Annual Meeting of the
North American Chapter of the International Group for Psychology in Mathematics
Education (PMENA) (Vol. 2, pp. 442–449).
- Dehaene,
S., Piazza, M., Pinel, P., & Cohen, L. (2003). Three Parietal Circuits for Number Processing. Cognitive
Neuropsychology, 20(3-6), 487–506.
- Delazer, M., Domahs, F., Bartha, L., Brenneis, C.,
Lochy, A., Trieb, T., & Benke, T. (2003). Learning complex arithmetic - an
fMRI study. Cognitive Brain Research, 18(1), 76–88.
- Eger, E., Michel, V., Thirion, B., Amadon, A.,
Dehaene, S., & Kleinschmidt, A. (2009). Deciphering Cortical Number Coding
from Human Brain Activity Patterns. Current Biology, 19(19), 1608–1615.
- Gracia-Bafalluy,
M., & Noël, M.-P. (2008). Does finger
training increase young children’s numerical performance? Cortex, 44(4),
368–375.
- Hauser, M. D., & Carey, S. (2003). Spontaneous
representations of small numbers of objects by rhesus macaques: Examinations of
content and format. Cognitive Psychology, 47(4), 367–401.
- Kaufmann, L., Vogel, S. E., Wood, G., Kremser, C.,
Schocke, M., Zimmerhackl, L.-B., & Koten, J. W. (2008). A developmental
fMRI study of nonsymbolic numerical and spatial processing. Cortex, 44(4),
376–385.
- McCrink, K., & Wynn, K. (2004). Large-Number
Addition and Subtraction by 9-Month-Old Infants. Psychological Science, 15(11),
776–781.
- McCrink, K., & Wynn, K. (2007). Ratio Abstraction
by 6-Month-Old Infants. Psychological Science, 18(8), 740–745.
- Nyroos, M., Jonsson, B., Korhonen, J., & Eklöf, H.
(2015). Children’s mathematical achievement and how it relates to working
memory, test anxiety and self-regulation: A person-centred approach. Education
Inquiry, 6(1).


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