30 de mayo de 2016

La discalculia

La discalculia


Por Kevin Valentin (2016)

La discalculia es una dificultad de aprendizaje específica del desarrollo que corresponde a una dificultad cognitiva severa en el aprendizaje numérico (aprender hechos de la aritmética básica, numerosidad, cálculo fluido, estimar…), puede asociarse también a dificultades en la estructura del pensamiento lógico o del razonamiento (American Psychiatric Association, 2013). Se considera que la discalculia es “de desarrollo” cuando se puede evidenciar una diferencia de activación en algunas partes del cerebro ligada con la matemática (comparado con otros niños de la misma edad sin dificultad en matemática); o cuando se puede observar una diferencia estructural (volumen y número de células cerebrales) en estas mismas áreas cerebrales (Isaacs, Edmonds, Lucas, & Gadian, 2001). Sin embargo la discalculia de desarrollo no tiene que ver con una lesión, un daño o una enfermedad cerebral.

Aunque es mucho menos común y conocida que la dislexia, la discalculia está presente en más de 6% de la población infantil sin considerar la población que no ha sido formalmente diagnosticada (Shalev, Auerbach, Manor & Gross-Tsur, 2000). Hay que considerar que existen opciones que permiten orientar intervenciones que ayudan al niño o a la niña con discalculia y que también demuestran aprendizaje en los niños que no evidencian dificultades particulares en matemáticas lo que favorece el hecho de implementar estrategias pedagógicas en un salón de clase.

-      Asociar lo abstracto con lo concreto, explica la relación directa en  conexiones cerebrales entre lo visio-espacial y el sentido numérico (Dehaene, 2010). Lo que permite entender que cuando el niño utiliza y interactúa con objetos tangibles para entender un concepto matemática abstracto. Por ejemplo el uso de la robotica (Bers & Portsmore, 2005) y de juego de construcción (Nath & Szücs, 2014) han evidenciado muy bueno resultados sobre habilidades matemáticas.
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      Utilizar las nuevas tecnologías como video-juegos o aplicaciones educativos ayudan a los niños y las niñas incrementar la motivación para aprender nociones matemáticas en las cuales tienen dificultades, varias investigaciones evidenciaron mejora significativa en las habilidades matemáticas trabajadas (Bakker, van den Heuvel-Panhuizen, & Robitzsch, 2015; Cohen Kadosh, Dowker, Heine, Kaufmann, & Kucian, 2013).
-          Trabajar en la mentalidad, en general, un niño con dificultad en matemática evidencia mala experiencia con esta materia (malas notas, sentirse incapaz…). Reforzar con el hecho que la matemática esta en todo los lados en la vida cuotidiana. A partir de las fortalezas del niño, se puede ayudar en hacer ver al niño o a la niña que lo está haciendo bien con la matemática de esta actividad (aunque este indirecta) que le gusta, o motivarlo en entender más a fundo porque funciona.

Sin embargo es importante reflexionar sobre unos puntos importantes, en efecto, la discalculia no tiene un diagnostico claramente definido en termino de causa consecuencia. En efecto, no sabemos si la diferencia de desarrollo viene de la naturaleza (genética genera la diferencia de desarrollo cerebral y produce la discalculia) o del ambiente (la dificultad en matemática misma genera la diferencia de desarrollo cerebral). Antes de ponerle a un niño la etiqueta de trastorno de discalculia o de cualquier dificultas de aprendizaje hay que preguntarse al menos estas tres preguntas:
-          ¿En qué momento se pasa de la dificultad al trastorno de aprendizaje?
-          ¿Es pertinente rotular a los niños con trastornos?
-          ¿Diagnosticar no estaría reforzando el problema al lugar de buscar solución?


Referencias bibliográficas
American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (DSM-5®). American Psychiatric Pub.
Bakker, M., van den Heuvel-Panhuizen, M., & Robitzsch, A. (2015). Effects of playing mathematics computer games on primary school students’ multiplicative reasoning ability. Contemporary Educational Psychology, 40, 55-71. http://doi.org/10.1016/j.cedpsych.2014.09.001
Bers, M. U., & Portsmore, M. (2005). Teaching partnerships: Early childhood and engineering students teaching math and science through robotics. Journal of Science Education and Technology, 14(1), 59–73.
Cohen Kadosh, R., Dowker, A., Heine, A., Kaufmann, L., & Kucian, K. (2013). Interventions for improving numerical abilities: Present and future. Trends in Neuroscience and Education, 2(2), 85-93. http://doi.org/10.1016/j.tine.2013.04.001
Dehaene, S. (2010). La Bosse des maths: Quinze ans après (Édition : édition revue et augmentée). Paris: Odile Jacob.
Isaacs, E. B., Edmonds, C. J., Lucas, A., & Gadian, D. G. (2001). Calculation difficulties in children of very low birthweight. Brain, 124(9), 1701-1707. http://doi.org/10.1093/brain/124.9.1701
Nath, S., & Szücs, D. (2014). Construction play and cognitive skills associated with the development of mathematical abilities in 7-year-old children. Learning and Instruction, 32, 73-80. http://doi.org/10.1016/j.learninstruc.2014.01.006
Shalev, R. S., Auerbach, J., Manor, O., & Gross-Tsur, V. (2000). Developmental dyscalculia: prevalence and prognosis. European child & adolescent psychiatry, 9(2), S58–S64. http://doi.org/10.1007/s007870070009



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