¿Qué son los neuromitos?
Por Kévin Valentin (2015)
Actualmente,
se puede observar un fenómeno de moda con la neurociencia, en efecto, se puede
observar en los medios de comunicación masiva palabras con el prefijo "NEURO-" como Neuromarketing, Neurotecnología, Neurolingüística… asociado a la creación
de varias nuevas disciplina que relacionan la neurociencia a otra ciencia. Lo
permitió la llegada reciente nuevas tecnología permiten ver el cerebro en
funcionamiento (IRMf, EEG, PET…). Esto ha generado una recrudescencia de investigaciones,
de reportes y resultados sobre el cerebro masiva que han sido transmitidos a la
población vía las tecnologías de comunicación que hoy son bastante agiles para
divulgar rápidamente informaciones a través del mundo.
De esta
conjetura llegan lo que la (OECD,
2002) definió como “neuromitos” las “malas concepciones generadas por mal
entendimiento, mala lectura o mala interpretación de hechos científicos [sobre
el cerebro].”[1]
La OECD (2002) enfoco a los neuromitos que tienen o pueden tener un impacto
para la educación y relato en este reporte más de 12 neuromitos que pueden
vincularse con alguna práctica docente errónea. Por ejemplo, unos de los mitos
más divulgados en el mundo son la creencia que solo utilizamos el 10% del
cerebro[2] o que
podamos identificar diferencias individuales con la dominancia hemisférica del
cerebro (hemisferio derecho o izquierda)[3].
Los neuromitos se
estan regando por el mundo y profesores los estan siguiendo o creyendo en
Brasil (Herculano-Houzel,
2002), en Colombia (Valentin,
2014) y más generalmente en América Latina (Gleichgerrcht,
Lira Luttges, Salvarezza, & Campos, 2015). Los educadores buscan fundamentar su
práctica pedagógica y dado el fenómeno de divulgación de lo “neuro” es innegable
que se puedan encontrar conclusiones rápidas, especulaciones o generalizaciones
para poder facilitar la venta de un producto o una metodología o para dar
explicaciones dogmáticas a los profesores que buscan respuestas sencillas a
condiciones complejas. La invitación es entonces tener una visión
critico-analítica en cuento a la difusión mediática de hechos científicos. Es
decir, no es rechazar esta difusión científica por completo sino tratar de
encontrar lo que sustenta el conocimiento científico divulgado y saber hasta
qué punto la información encontrada es existente y acertada.
Referencias:
- Gleichgerrcht,
E., Lira Luttges, B., Salvarezza, F., & Campos, A. L. (2015). Educational
Neuromyths Among Teachers in Latin America. Mind, Brain, and Education, 9(3),
170–178. http://doi.org/10.1111/mbe.12086
- Herculano-Houzel, S. (2002). Do you know
your brain? A survey on public neuroscience literacy at the closing of the
decade of the brain. The Neuroscientist, 8(2), 98–110.
- OECD. (2002). OECD Learning Seen from
a Neuroscientific Approach. 4.6 Neuromythologies (pp. 69–77). OECD.
- Valentin, K. (2014). Neuroscience
literacy of trainee teachers and educators in Medellin, Colombia.
University of Bristol, Bristol.
[1] Traducido del Inglés por Kévin Valentin “misconception
generated by a misunderstanding, a misreading or a misquoting of [brain] facts
scientifically established”
[2] El cerebro
se compone de neuronas y otras células glías que generan sustancia muy presente
llamada mielina, que son bastante importantes para el buen funcionamiento del
cerebro, se necesita el 100% para un funcionamiento optimo.
[3] Todos los
procesos cerebrales dependen de una red compleja que involucra los dos
hemisferios. Es imposible separar diferencias individuales en función del
desarrollo de un hemisferio.
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